jueves, 20 de enero de 2011

HÁBITO LECTOR. Guía para las familias

Es esta una carta abierta a los padres. A los de mis alumnos/as y a los que no.
Me parece importante comentar este apartado sobre la participación de las familias en el desarrollo del hábito lector porque a menudo se tiene la sensación de que la educación literaria es responsabilidad casi exclusiva de la escuela. Creo que esta concepción es errónea entre otros motivos por el tiempo que el niño/a pasa en la escuela en oposición al que pasa en el hogar y dentro de este matiz, del nivel de obligatoriedad que tienen las tareas en la escuela, lo que las hacen un poco menos motivantes para los alumnos/as.

  
Evidentemente que desde la escuela trabajamos mucho en este hábito pues la lectura se constituye en un elemento fundamental para la formación integral del alumno/a, para desarrollar la expresión oral, el enriquecimiento del vocabulario, la mejora y el conocimiento de la ortografía, el desarrollo de la comprensión lectora, el incremento de conocimientos culturales y la ocupación del tiempo de ocio.
Sin extenderme más, éstas son algunas recomendaciones que seguro que algunos/as de ustedes nos han escuchado alguna vez y seguro que muchas de ellas ya las llevan a cabo ustedes.

  1. Dar ejemplo leyendo delante de ellos y disfrutando de la lectura.
  2. Escuchar y estar pendiente de sus dudas dando explicaciones sobre la lectura cuando las necesiten.
  3. Compartir, porque si se comparte la lectura pierde su obligatoriedad.
  4. Proponer y no imponer ni el tiempo de lectura ni los libros a leer.
  5. Ser constantes preservando un tiempo y un espacio adecuados de relajación para la lectura.
  6. Respetar temas y libros que ellos/as elijan. Los gustos van cambiando y evolucionando con lo que no es recomendable imponer tipos de libros. Podemos orientar.
  7. Pedir consejo al colegio, bibliotecas, libresrías, etc.
  8. Estimular por ejemplo dejar libros apetecibles a su alcance. En clase esto lo hacemos mucho. Antes no conocían a Gerónimo Stilton...
  9. Organizarse pero no caer en la obligatoriedad que puede llegar a ocasionar estres. Si un día no se lee no pasa nada, si son varios días puede que nuestra organización no sea la más correcta.
  10. Pedir que nos cuenten los argumentos de los libros que leen. A nosotros nos sirve para trabajarles la comprensión oral y a ellos les manda un mensaje: "me interesa lo que lees".
No quiero ni siquiera parecer presuntuoso, ustedes saben más sobre sus hijos y su relación con ellos que yo, únicamente espero que a alguna familia o persona le pueda servir para orientar la lectura de su hijo/a.

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